.

No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán. acercándote a mi pelo, y tu mirada otra vez...

sábado, 26 de febrero de 2011

I need you to need me.

¿Vas a enamorarme? ¿Vas a hacerte un hueco en mi corazón para luego dejarlo abandonado y frío? Es que eres tan irresistible… Irresistiblemente malo. Y guapo. Y tienes esa sonrisa… Y fumas, sí, pero me miras directamente a los ojos, buscando en el marrón perdido. Es que me vienes tan bien ahora, haces que no llore, que sonría por las noches. ¿Vas a conseguir hacerme olvidar mi pasado? ¿Me vas a hacer daño? Porque sé que tú sí que eres un amor imposible. Que te las follas de dos en dos. Que juegas. Que bebes. Que fumas. Y que a veces hasta te drogas. Que no quieres y no necesitas. Y, de verdad, necesito que me necesites..

domingo, 20 de febrero de 2011

Que me resbala si follas o fallas.

Y si no me quieres, no es culpa mía. Y si me utilizas solo es culpa tuya. Y que no te espero, pero de verdad, lo entiendo. Que la querías, y mucho, y la echas de menos. Pero yo no puedo vivir esperándote. Creyendo que tu corriente de aire volverá a enamorarme, y que la mía conseguirá atraparte. Porque te quiero, y te olvido, y te quiero cuando vienes, cuando vuelves. Pero me resbala si follas o fallas, o si quieres a otras.
Porque es siempre lo mismo, sonrisa bonita. Que te escondo y, de repente, sales de tu escondite tirando cohetes, y me los creo, y luego nada. Porque me dijiste que teníamos que hablar, que te lo currarías, que si tenía una oportunidad contigo y te dije que sí, sonrisa bonita. Pero tú no te has movido ni una mierda milímetro por mí. Y que me da igual si me dicen tus amigos que de verdad me quieres. Que no me lo creo.

domingo, 13 de febrero de 2011

Sonrisa bonita.

Primero me dijiste que teníamos que hablar. Me contaste todo lo que había pasado con tu ex, que la habías querido pero que no era buena para ti, que necesitabas estar sin nadie un tiempo. Después, y no se como, me preguntaste por aquella vez y acabamos hablando de lo que yo no quería hablar. Porque ya me has liado, sonrisa bonita. Me dijiste que no entendías porque te había dicho que no, que te jodió, te jodió mucho. Intentaste sacarme las palabras de la boca, entender mis inseguridades, y te lo expliqué lo mejor que pude, porque contigo de frente, y con tus ojos, no me aclaraba. Te dije que lo había pasado muy mal por ti. Me reconociste que habías sido un cabrón. Y me preguntaste si ya no tenías ninguna oportunidad conmigo. Te dije que sí, que la tenías. Me dijiste que te lo currarías.
¿Pero porque siempre me lo dices y nunca es verdad? Porque eso pasó ayer y mañana seguro que no te acuerdas.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Toda sal.

He visto a esa niña hacerse la fuerte tantísimas veces… Podía haberse caído el mundo sobre sus hombros, que ella nunca dejaría que se viese en sus ojos. Sonreía. Siempre. Aunque las penas la tenían enterrada. Y antes verse muerta que derrumbada. Una vez le dije que por qué nunca lloraba. Me dijo que si empezaba, no podría parar jamás. Y me lo creí. Porque era toda agua salada. Tan acumulada tras los ojos que a veces hasta toda ella sabía a sal. Tan acumulada, que estaba encharcada de tanto llorar por dentro. También le pregunté que por qué no se ahogaba. Me dijo que había aprendido a respirar bajo su propia agua.

domingo, 6 de febrero de 2011

¿Quieres saber qué es lo que más me gusta de ti?


Como enredas tu dedo en mi pelo y lo alargas, y lo rizas, y lo sueltas. Como tu mano se acopla perfectamente al hueco de mi cintura. Como me abrazas fuerte mientras hueles mi pelo. Como tu brazo se pone en mi hombro. Como sonríes cuando te sonrío. Como miras, buscando entenderlo todo. Como suena tu voz al decir te quiero. La extraña forma que tienes de quererme. Que no me tienes. Que no soy tuya. Que las tienes a ellas. Que no piensas en mi. Que me deseas. Que estás lejos, muy muy lejos. Que si vienes te vuelves a ir. Que dices que confías en mí. Que dices que me quieres. Que soy importante para ti. Que no es verdad. O que por lo menos nunca me lo has demostrado. Que hay días que matas. Y hay otros que eres capaz de revivirme con una sola mirada. Que consigues que aguante. Que te aguante dentro de mí, incluso cuando solo intento olvidarte. Que te vas, sí, pero vuelves. Siempre vuelves. Y entonces consigues que te quiera como antes.
Te dije que no era lo último que te escribiría.