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No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán. acercándote a mi pelo, y tu mirada otra vez...

martes, 17 de mayo de 2011

Sense tu

Sé cual es el camino fácil. Tengo la solución al problema. El clavo que saca el otro clavo. El antídoto que sé que me librará de tu amor, por lo menos, superficialmente. No me hizo falta romperme al verte para que sepas que intento alejarte. Lo has descubierto tú solo. Y ahora solo necesito seguir ese camino. Ya pasó una vez. Ruben me hizo sentir en dos días, lo que tú en años. Sí, tú estás metido dentro, tan hondo que ya no hay quien te saque. Tengo asumido que el amor estará ahí siempre. Pero Ruben, con sus cosas, con sus miedos, sus miradas, consiguió encerrar tu sonrisa en una habitación donde no podía verla. Me hizo no pensar en ti conscientemente. Sí te sentía venir, le ponía a él en tu lugar. Y era fácil. Tan fácil que me hizo olvidarme de todo lo tuyo. Pero volviste, me besaste, me quisiste y te fuiste. Como tantas otras veces. Como siempre. Sé cual es el camino fácil, pero tengo miedo de adentrarme y no salir, de cerrar tu puerta...

miércoles, 4 de mayo de 2011

Goodbye


No te quejes. Llevamos dos días cruzándonos por los pasillos y ni si quiera te he lanzado una cara de reproche. En realidad, cuando sé que estás cerca sonrío como si se me fuese la vida en ello. Puedo mentirme y decir que es por ti, ya sabes, para que no te creas que me importas, ni que me duele, pero en verdad es que me he jurado no romperme si te miro a los ojos. Aun no lo he hecho, es verdad, y sinceramente no creo que lo haga en mucho tiempo. Aun te echo de menos, y siento la rabia de no entender porque juegas así conmigo por dentro. Pero cuando paso por tu lado deseo con todas mis fuerzas que me llames y me retengas por el brazo, que me mires a los ojos y romperme al mirarte, y que te ablandes al verme, y que veas esas heridas, las que tu abriste y yo cerré, las que hace dos meses volviste a abrir con tus mentiras para luego echarles el limón amargo de tu corazón.

martes, 3 de mayo de 2011

Sonrie

Acabo de descubrir que la felicidad, tu propia felicidad, solo depende de ti misma. Que las cosas que te pasan solo influyen en ti si tu quieres que lo hagan. Por que sí, se puede sonreír aunque estés rota por dentro, y se puede sonreír de verdad, con carcajadas y brillo en los ojos. Porque da igual los besos que tengas que aguantar, los abrazos, y las miradas; se puede ser feliz. Porque sonriendo duele menos. Mucho, muchísimo menos.
Ah, y tú, no vuelvas a por mí.