Edgar la agarró de las muñecas con fuerza. Quería gritarle que no era verdad, que él no estaba ahí para morir en esa lucha, que Lilian volvería a ver a sus padres, que él también lo haría... Y entonces las vió, unas marcas en el bajo vientre de Aurea. Se detuvo en seco y las examinó con atención, pero Aurea fue rápida y se bajó la camiseta con velocidad.
- ¿Quién te hizo eso?
- Nadie.
- Oh, vamos Aurea...
- Nadie, Edgar. Por favor.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y Edgar quiso pedirle que no llorara, pero no sabía como, fue a abrazarla con fuerza pero recordó que no podía tocarla, a si que se quedó mirándola, esperando..
- Fueron ellos, yo era pequeña y ellos me cogieron en un callejón. Supongo que no sabían lo que yo podía hacer. No me buscaban pero me encontraron. Eran tres y uno de ellos me acosó mientras los otros reían, supongo que ya te imaginarás lo que pasó.. Se asustaron y.. - Aurea respiró hondo y se tapó el rostro con las manos. - Y tenían un cuchillo y...
- Me creía que tú eras de aquí, que esta era tu casa, que aquí estaba tu familia. Lo siento tanto...
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Pobre Aurea...
ResponderEliminarOjalá un abrazo de Edgar cure todo su dolor.
Jo, pobrecilla o.o
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