Y entonces te conocí… Tenías la nariz rota de tanto puñetazo, y dos cicatrices pequeñas en la cara. No sonreías, y en tus ojos de dieciséis años se podían ver los daños hechos por tus padres, por las drogas y el alcohol, y lo intentos desesperados de desahogar tu rabia con cualquier persona que se te cruzase y te mirase más de dos veces seguidas. Te costó aprenderte mi nombre, tanto que me señalabas, y me llamabas niña, tú, Carla, o Sandra. Pero la primera vez que pronunciaste el que era, tu voz se hizo la goma que apretaba este corazón hecho pedazos. Y sentí que quería quitarte esa máscara de chico malo para que mostrases tu lado más dulce, solo para mí.
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qué lindooo :)
ResponderEliminarDios, es precioso.
ResponderEliminarSólo una cosita, en la frase en negrita, falta una coma, que a mí me ha costado entenderlo. Quedaría más claro: Pero la primera vez que pronunciaste el que era, tu voz se hizo la goma que apretaba este corazón hecho pedazos.
Pero, de hecho, esa es la mejor frase :D
Ya estaaa :)
ResponderEliminarMuchas gracias por avisarme guapa
¡ay ay ay! que preciosidad (L) Y él, me encanta esos chicos duros así (L)
ResponderEliminarEs lo más lindo, ser aquella persona que destapa algún sentido que no muestran las apariencias :D
ResponderEliminarlos tipos duros suelen ser los más frágiles, esos que al final acaban por llorar en tu hombre y decir; te quiero pequeña.
ResponderEliminaroiiiiins con lo que me gustan los chicos malos con corazones bonitos!
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