Me he dado cuenta de que te he olvidado. ¿Sabes por qué? Anoche llegué a casa y lo primero que hice al acostarme no fue pensar en ti, fue intentar no pensar en él. Porque desde hace unos días al despertarme ya no me digo: voy a verle por los pasillos y quizá arreglamos las cosas; lo que pienso es: ¿Se peleará hoy con alguien? Ya queda menos para verle.
Se me ha olvidado tu olor, y no busco tu sonrisa por ningún lado. He metido la chaqueta que un día me dejaste y que nunca te devolví en un cajón de mi armario. No tengo ganas de verte o, mejor, me es indiferente verte. No te quiero. No te quiero. No te quiero. De verdad que ya no lo hago. Ya no busco en el tuenti tu nombre y si estás conectado una escusa para hablarte. Ya no sueño con tus manos, ni con tus besos, ni con tu voz y palabras. Ha dejado de gustarme esa canción que me parecía que contaba nuestra historia y también la que una tarde de verano pusiste mientras estábamos tumbados en la hierba. Y ya no me hace falta acordarme todos los días de olvidarte. Ya no te olvido, no me hace falta.