.

No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán. acercándote a mi pelo, y tu mirada otra vez...

domingo, 7 de agosto de 2011

''Amor de verano''

Nuestro amor se sostuvo a base de miradas saladas y sonrisas con sabor a verano. Yo te veía ir y venir con tus amigos. Tú me encontrabas en el parque, o en la piscina, con los ojos escondidos y los niños a cuestas. Me mirabas, pero yo no te miraba. Escuche gritar a tus amigos tu nombre cuando yo me quite la camiseta. Te vi, pero no quería verte. Moreno, de ojos verdes. Fuerte y guapo. Pero demasiado pequeño, demasiado niño para este corazón roto.

martes, 17 de mayo de 2011

Sense tu

Sé cual es el camino fácil. Tengo la solución al problema. El clavo que saca el otro clavo. El antídoto que sé que me librará de tu amor, por lo menos, superficialmente. No me hizo falta romperme al verte para que sepas que intento alejarte. Lo has descubierto tú solo. Y ahora solo necesito seguir ese camino. Ya pasó una vez. Ruben me hizo sentir en dos días, lo que tú en años. Sí, tú estás metido dentro, tan hondo que ya no hay quien te saque. Tengo asumido que el amor estará ahí siempre. Pero Ruben, con sus cosas, con sus miedos, sus miradas, consiguió encerrar tu sonrisa en una habitación donde no podía verla. Me hizo no pensar en ti conscientemente. Sí te sentía venir, le ponía a él en tu lugar. Y era fácil. Tan fácil que me hizo olvidarme de todo lo tuyo. Pero volviste, me besaste, me quisiste y te fuiste. Como tantas otras veces. Como siempre. Sé cual es el camino fácil, pero tengo miedo de adentrarme y no salir, de cerrar tu puerta...

miércoles, 4 de mayo de 2011

Goodbye


No te quejes. Llevamos dos días cruzándonos por los pasillos y ni si quiera te he lanzado una cara de reproche. En realidad, cuando sé que estás cerca sonrío como si se me fuese la vida en ello. Puedo mentirme y decir que es por ti, ya sabes, para que no te creas que me importas, ni que me duele, pero en verdad es que me he jurado no romperme si te miro a los ojos. Aun no lo he hecho, es verdad, y sinceramente no creo que lo haga en mucho tiempo. Aun te echo de menos, y siento la rabia de no entender porque juegas así conmigo por dentro. Pero cuando paso por tu lado deseo con todas mis fuerzas que me llames y me retengas por el brazo, que me mires a los ojos y romperme al mirarte, y que te ablandes al verme, y que veas esas heridas, las que tu abriste y yo cerré, las que hace dos meses volviste a abrir con tus mentiras para luego echarles el limón amargo de tu corazón.

martes, 3 de mayo de 2011

Sonrie

Acabo de descubrir que la felicidad, tu propia felicidad, solo depende de ti misma. Que las cosas que te pasan solo influyen en ti si tu quieres que lo hagan. Por que sí, se puede sonreír aunque estés rota por dentro, y se puede sonreír de verdad, con carcajadas y brillo en los ojos. Porque da igual los besos que tengas que aguantar, los abrazos, y las miradas; se puede ser feliz. Porque sonriendo duele menos. Mucho, muchísimo menos.
Ah, y tú, no vuelvas a por mí.


miércoles, 27 de abril de 2011

Esto se acaba, y sin tí.

Lo peor de esto no es que después de todo estés con ella. Lo peor es que no duele. Es como si las lágrimas se hubiesen secado y no quisiesen salir. Como si en mi corazón se hubiese creado una muralla contra tus golpes, que solo deja pasar ráfagas de tristeza que me hacen suspirar y pensar en ti. Como si tuviese las manos preparadas desde el principio y me hubiesen crecido alas para volar lejos del suelo cuando me hicieses caer otra vez.
Siempre se ha dicho que mejor solos que mal acompañados. Y no, no es que tú seas mala compañía. Es que no te aclaras. Que como también se dice, las cosas claras y el chocolate espeso. Porque te pusiste hecho un huracán cuando te enteraste que había pasado la noche con él, y te explicamos que no había pasado nada. Pero tú tenías que hacerlo. Tenías que joderlo antes de empezar. Y contradecirte estando con ella. Que dices que somos jóvenes, que ahora no funcionaría, y sé porque lo piensas. Porque crees que lo nuestro va a durar tanto como días tiene el año. Y más aun. Y te entra miedo, como a mí. Pero me has hecho tanto daño, sonrisa bonita, tanto daño…
He decidido que esto se acabó. Y sé que lo he dicho tantas veces que ya no es creíble. Pero un clavo saca a otro clavo y cuando te des cuenta no voy a estar ahí para ti. Porque una vez me dijiste que sabías que me ibas a tener siempre. Pero te juro, sonrisa bonita, que o a la próxima mueves la tierra para estar conmigo, o es la última vez.

martes, 5 de abril de 2011

Vuelves, siempre vuelves.

Que me quieres. Que te espere. Que necesitas tiempo. Para pensar. Para creer. Para olvidar. Para estar solo. Y yo, que ya no sé si creérmelo, te necesito. Me estás matando con tus idas y venidas. ¿Cuánto tiempo voy a tener que esperar? ¿Cuántas cosas más voy a aguantar para convencer a este corazón de que eres malo para él? Que no te has liado con nadie más desde que nuestros labios se quisieron. Que tienes celos de tus amigos. De mis amigos. De que quede con ellos, sin ti. Y no ves que duele. Que hace daño. Que quema. Que mata. Que me abres heridas que ya estaban cerradas. Y escuecen.
Y entiendo que así es el amor. Que puede con todo. Que arrasa. Como los terremotos. Como los tsunamis. Que no se controla. Y que no desaparece. Que si me quisiste, me quieres. Que si me necesitaste, me necesitas. Pero ¿por cuanto tiempo, sonrisa bonita? ¿Hasta cuando?

jueves, 31 de marzo de 2011

Olvidar.

No puedo aguantar estar a tres centímetros de ti y que no me dirijas la palabra. De verdad, me mata. Y tener que fingir que estoy bien, sonriendo, para que creas que todo lo que pasó no me hizo daño otra vez. Que para mi tampoco fue importante. Que yo tampoco quería nada.
Necesito no verte la cara durante mucho tiempo y olvidarme de ti, porque estoy cansada de que todas las canciones tristes me recuerden a nosotros. Y hay veces que me da la sensación de que me miras, de que intentas ponerme celosa rodeando a tus amigas con tus brazos mientras paso. Y sonrío por fuera mientras me llueve por dentro. Estoy cansada de que las últimas entradas sepan a ti, pero es que estás tan dentro desde hace tanto tiempo que no se como sacarte.
Necesito el calor del verano y las olas del mar, y otro chico bonito que me haga olvidar.

jueves, 24 de marzo de 2011

Hace tiempo que dejé de intentarlo.

Creo que hace tiempo que dejé de esperar a que lo nuestro se arreglase. A que nuestros caminos se unieran. A que nuestros tira y afloja, nuestras idas y venidas, se convirtiesen en algo más que eso. Cuando pasó lo que pasó entendí que yo tenía razón, que para ti se había convertido en el juego de conseguir a la única tía en este mundo que te había negado un beso. No sabes lo que eso duele, sonrisa bonita, de verdad que no lo sabes. Pero lo peor de todo es que aun escribiendo esto me resisto a creer que de verdad seas así, intento creerme tus mentiras, pensar que me quieres, que algún día tendremos una oportunidad de vivir algo juntos.
Me dijiste que no querías nada serio, que estabas bien con tu libertad. Pero ahora me dices que te sientes solo, y yo te digo que lo estás porque queires, pero tú ya no contestas. Y no me quieres.
Creo que en el fondo hace tiempo que dejé de esperarte. Incluso dejé de intentar olvidarte. Hemos vivido mucho, muchísimo. Y te he querido más todabía. Y hasta que no entre alguien en mi vida tirando cohetes más brillantes que los tuyos, las cosas van a seguir así. No estoy triste, sonrisa bonita, porque hace tiempo que me acostumbraste a esto. Pero no me pidas que sonría por ti, solo quiero perderte de vista un rato.

miércoles, 16 de marzo de 2011

No quiero respirar tu aire. No necesito tu calor.

¿Por que decir no a hacer locuras? Si dicen que la vida son cuatro días y ya vamos por el tercero. Que soy joven, y si no guapa para todos, al menos graciosa para algunos. Que hay que sonreír siempre, porque estoy aquí, viviendo, y el simple echo de hacerlo se merece toda mi felicidad. Piensa que hay gente que no lo experimentó todo, que no tuvo tiempo, y ahora se arrepiente. A si que me voy a poner a ello. Me queda tanto aun por vivir, tantas veces que caer, tanto que olvidar y tantas cosas que guardar en la memoria. Que si quiero follarme a todo aquél que me mueva un poco ¿por qué no? Mientras no duela, mientras no haga daño. ¿A los demás que más les da?

jueves, 10 de marzo de 2011

Joder, mira que lo sabía.

Me tendiste una mano y te agarré el brazo a la desesperada. Aun sabiendo que a los caminos ya pisados no se debe volver. Aun sabiendo que me ibas a doler. Y ahora todas las putas raices cuadradas me recuerdan a ti. Y no hay un solo segundo que no me arrepienta de esos besos que nos dimos. No solo porque mi habitación huele más a ti que a mí. También porque me he vuelto a rendir y no quería hacerlo. Que he derramado mucha agua salada por tus te quiero, o por tus no te quiero. Y no es justo. No es justo que hagas conmigo lo que te da la gana. Porque yo si que te quiero, sonrisa bonita. Y creo que si tú de verdad me has querido un poquito alguna vez en tu vida no deberías hacerme esto. ¿Que no ves que duele?

miércoles, 9 de marzo de 2011

Siempre fuiste una luz inapagable.

Están abrazados. Y llevan mucho rato así. Por la mente de Mark vete tu a saber que pasa. Pero la de Sol parece un maremoto con rayos incluidos. Piensa en Mark, en lo que fue, en lo que es. Y luego en Ruben, en su sonrisa, en sus ojos pidiendo que le salven, en esa ayuda que dice que no necesita pero que ella quiere darle. Y después en lo dificil que es a veces elegir un camino desconocido o uno malo conocido.
- Ahora es cuando quedaría bien que me dijeses te quiero mucho. - Sonríen. - Aunque igual te diria yo no.
- Por eso nunca te lo diría.
- Siempre tengo que estropear los momentos bonitos, ¿no?
-¿Siempre tienes que estropear los momentos bonitos?
Lo dicen a la vez y otra sonrisa. Se quieren, eso seguro. Igual no como antes. Igual no como deberían, ni como creen. Pero de una forma o de otra lo hacen. Y luego se vuelven a abrazar, fuerte, como si el mundo se acabase después. Y cuando quieren darse cuenta tienen el aliento mezclado, y se besan, se dejan llevar.
Y otra sonrisa. Y otra. Y otra...

domingo, 6 de marzo de 2011

¿Por que te dejas perder?

Dime porqué estás tan perdido.
Beber no va a solucionar tus problemas. Liarte con la primera que pasa no va a solucionar tus problemas. Fingir que todo te resbala tampoco. ¿Sabes? Hay gente que se está cansando de ti. De tu juegos. De tus tonterías. Y todos sabemos que te vas a chocar. Que te vas a caer y que, el golpe va a ser tan fuerte que te vas a quedar sin respiración mucho, mucho rato. Pero si me dejas, yo voy a estar ahí. Porque ya lo hice una vez, no contigo pero sí con alguien parecido a ti, y no quiero que te pierdas. Sigue mi voz. Encuentra-me.

sábado, 26 de febrero de 2011

I need you to need me.

¿Vas a enamorarme? ¿Vas a hacerte un hueco en mi corazón para luego dejarlo abandonado y frío? Es que eres tan irresistible… Irresistiblemente malo. Y guapo. Y tienes esa sonrisa… Y fumas, sí, pero me miras directamente a los ojos, buscando en el marrón perdido. Es que me vienes tan bien ahora, haces que no llore, que sonría por las noches. ¿Vas a conseguir hacerme olvidar mi pasado? ¿Me vas a hacer daño? Porque sé que tú sí que eres un amor imposible. Que te las follas de dos en dos. Que juegas. Que bebes. Que fumas. Y que a veces hasta te drogas. Que no quieres y no necesitas. Y, de verdad, necesito que me necesites..

domingo, 20 de febrero de 2011

Que me resbala si follas o fallas.

Y si no me quieres, no es culpa mía. Y si me utilizas solo es culpa tuya. Y que no te espero, pero de verdad, lo entiendo. Que la querías, y mucho, y la echas de menos. Pero yo no puedo vivir esperándote. Creyendo que tu corriente de aire volverá a enamorarme, y que la mía conseguirá atraparte. Porque te quiero, y te olvido, y te quiero cuando vienes, cuando vuelves. Pero me resbala si follas o fallas, o si quieres a otras.
Porque es siempre lo mismo, sonrisa bonita. Que te escondo y, de repente, sales de tu escondite tirando cohetes, y me los creo, y luego nada. Porque me dijiste que teníamos que hablar, que te lo currarías, que si tenía una oportunidad contigo y te dije que sí, sonrisa bonita. Pero tú no te has movido ni una mierda milímetro por mí. Y que me da igual si me dicen tus amigos que de verdad me quieres. Que no me lo creo.

domingo, 13 de febrero de 2011

Sonrisa bonita.

Primero me dijiste que teníamos que hablar. Me contaste todo lo que había pasado con tu ex, que la habías querido pero que no era buena para ti, que necesitabas estar sin nadie un tiempo. Después, y no se como, me preguntaste por aquella vez y acabamos hablando de lo que yo no quería hablar. Porque ya me has liado, sonrisa bonita. Me dijiste que no entendías porque te había dicho que no, que te jodió, te jodió mucho. Intentaste sacarme las palabras de la boca, entender mis inseguridades, y te lo expliqué lo mejor que pude, porque contigo de frente, y con tus ojos, no me aclaraba. Te dije que lo había pasado muy mal por ti. Me reconociste que habías sido un cabrón. Y me preguntaste si ya no tenías ninguna oportunidad conmigo. Te dije que sí, que la tenías. Me dijiste que te lo currarías.
¿Pero porque siempre me lo dices y nunca es verdad? Porque eso pasó ayer y mañana seguro que no te acuerdas.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Toda sal.

He visto a esa niña hacerse la fuerte tantísimas veces… Podía haberse caído el mundo sobre sus hombros, que ella nunca dejaría que se viese en sus ojos. Sonreía. Siempre. Aunque las penas la tenían enterrada. Y antes verse muerta que derrumbada. Una vez le dije que por qué nunca lloraba. Me dijo que si empezaba, no podría parar jamás. Y me lo creí. Porque era toda agua salada. Tan acumulada tras los ojos que a veces hasta toda ella sabía a sal. Tan acumulada, que estaba encharcada de tanto llorar por dentro. También le pregunté que por qué no se ahogaba. Me dijo que había aprendido a respirar bajo su propia agua.

domingo, 6 de febrero de 2011

¿Quieres saber qué es lo que más me gusta de ti?


Como enredas tu dedo en mi pelo y lo alargas, y lo rizas, y lo sueltas. Como tu mano se acopla perfectamente al hueco de mi cintura. Como me abrazas fuerte mientras hueles mi pelo. Como tu brazo se pone en mi hombro. Como sonríes cuando te sonrío. Como miras, buscando entenderlo todo. Como suena tu voz al decir te quiero. La extraña forma que tienes de quererme. Que no me tienes. Que no soy tuya. Que las tienes a ellas. Que no piensas en mi. Que me deseas. Que estás lejos, muy muy lejos. Que si vienes te vuelves a ir. Que dices que confías en mí. Que dices que me quieres. Que soy importante para ti. Que no es verdad. O que por lo menos nunca me lo has demostrado. Que hay días que matas. Y hay otros que eres capaz de revivirme con una sola mirada. Que consigues que aguante. Que te aguante dentro de mí, incluso cuando solo intento olvidarte. Que te vas, sí, pero vuelves. Siempre vuelves. Y entonces consigues que te quiera como antes.
Te dije que no era lo último que te escribiría.

domingo, 30 de enero de 2011

No será lo ultimo que te escriba, feo...

Me he dado cuenta de que te he olvidado. ¿Sabes por qué? Anoche llegué a casa y lo primero que hice al acostarme no fue pensar en ti, fue intentar no pensar en él. Porque desde hace unos días al despertarme ya no me digo: voy a verle por los pasillos y quizá arreglamos las cosas; lo que pienso es: ¿Se peleará hoy con alguien? Ya queda menos para verle.
Se me ha olvidado tu olor, y no busco tu sonrisa por ningún lado. He metido la chaqueta que un día me dejaste y que nunca te devolví en un cajón de mi armario. No tengo ganas de verte o, mejor, me es indiferente verte. No te quiero. No te quiero. No te quiero. De verdad que ya no lo hago. Ya no busco en el tuenti tu nombre y si estás conectado una escusa para hablarte. Ya no sueño con tus manos, ni con tus besos, ni con tu voz y palabras. Ha dejado de gustarme esa canción que me parecía que contaba nuestra historia y también la que una tarde de verano pusiste mientras estábamos tumbados en la hierba. Y ya no me hace falta acordarme todos los días de olvidarte. Ya no te olvido, no me hace falta.

domingo, 23 de enero de 2011

Y si no existe el amor ¿qué nos queda?

¿Alguna vez os ha pasado, que habéis ido a ver una película de esas románticas y de comedia, y en lugar de haceros sonreír os ha hecho llorar? Porque a mí sí. Ver ese amor de película me ha hecho ver que yo no he tenido nada igual, y que posiblemente no lo vaya a tener nunca. Porque seamos sinceros, ¿que chico pararia un autobús en mitad de la carretera solo para decirte que te necesita más que a nada? ¿Cuál de ellos espera sentado en el portal de tu casa, bajo una tormenta, solo para darte un ramo de rosas y pedirte perdón? ¿Cuál escribe a tres metros sobre el cielo en un puente cuando vuestra relación se tambalea? ¿Qué chico es capaz de estar a tu lado a pesar de estar loca? ¿Cuál se inventa un juego con una caja con forma de tiovivo en el que tienes que pasar pruebas solo para hacerte sonreir? ¿Cuál se entierra bajo el lodo solo para que vuestra relación sea eterna? ¿De verdad existen los amores de verano que duran para siempre? ¿Desde cuando el chico malo se convierte en bueno con solo mirarte? Nada de eso es real. Nada de eso pasa en realidad. Y cuando ves esa clase de películas te das cuenta de que nunca vas a tener una historia así. Vamos, si ni si quiera has tenido una relación seria. Ni si quiera te han dicho te quiero mirándote a los ojos y de verdad. ¿Alguna vez os ha pasado?

jueves, 20 de enero de 2011

Intenté acordarme de ti, pero no pude.

No estabas allí. Lo había puesto todo patas arriba. Había derribado puertas y atravesado ventanas. Las tormentas del pasado me habían vuelto a hacer temblar. El frío que había escondido en cajas cerradas con llave volvió a instalarse dentro de mí cuando reviví esos recuerdos olvidados. Te busqué en cada uno de ellos. Intentaba recordar tu olor y el sonido de tu risa, la manera en que pronunciabas mi nombre, la forma en que me mirabas y si era verdad que guiñabas los ojos sin darte cuenta o si eso era solo fruto de mis sueños. Busqué hasta que salieron a la luz todas las cosas que había decidido guardar muy al fondo de mi corazón. Te busqué, te lo juro. Pero no te encontré. Ya no estabas.

martes, 11 de enero de 2011

Él es mucho mejor que Tú.

Porque sí, te doy la razón, él no me conviene. ¿Pero sabes que es lo mejor? Que puede que sea un chico malo, de los de película. Que fume, y no solo tabaco, que beba y se drogue, ¿pero sabes por qué lo hace? Porque necesita evadirse del mundo, porque siente que no hay nadie en esta vida que realmente valga la pena, que sus padres le rechazan, que le envían lejos, que le hacen las cosas imposibles, y que sí, sus amigos están ahí, pero por ellos no se despierta por las mañana sonriendo. Y yo quiero cambiar eso. Quiero que vea todas las cosas buenas que tiene la vida. Que no todo es blanco o negro, que en el mundo hay miles de tonalidades grises que tiene que probar. Quiero que quiera. Que me quiera. Y que aprenda que hacerlo no es malo, que es la cosa más bonita que te puede pasar. Porque sí, puede que sea un chico malo, que me guíe por el mal camino, que se meta en peleas para desahogarse, que grite, que amenace, que sea un chulo; pero por lo menos no es un chulo putas, no va con todas y las deja tiradas y las vuelve a utilizar cuando le conviene. Es sensible y detrás de esa máscara de me importa una mierda todo, de a mi no te me acerques porque te dolerá, está una de las mejores personas que te puedas encontrar.
Mejor que tú.
Mucho mejor que tú.

miércoles, 5 de enero de 2011

No merecía la pena.

Miraba, pero no veía. Y quería que diseñase su vida como si fuese un edificio o una de las pasarelas de París. Yo le dije que no podía, que las cosas no funcionaban así, pero no pareció escucharme, aunque si que me oyó… pero claro sí que oía, nunca escuchaba. Se le fueron los suspiros cuando se enteró de que me iba, y un año después me dijo que no se acordaba de olvidarme. Yo volví, claro que lo hice, pero ya estaba loca de atar y sus padres jamás me dejaron acercarme a su casa. Me dijeron que ya había hecho bastante daño y me entró miedo de perderla. Nunca más la volví a ver y yo si que me acordé de olvidarla.

domingo, 2 de enero de 2011

Te convertiste en la goma que apretaba mi corazón.

Y entonces te conocí… Tenías la nariz rota de tanto puñetazo, y dos cicatrices pequeñas en la cara. No sonreías, y en tus ojos de dieciséis años se podían ver los daños hechos por tus padres, por las drogas y el alcohol, y lo intentos desesperados de desahogar tu rabia con cualquier persona que se te cruzase y te mirase más de dos veces seguidas. Te costó aprenderte mi nombre, tanto que me señalabas, y me llamabas niña, tú, Carla, o Sandra. Pero la primera vez que pronunciaste el que era, tu voz se hizo la goma que apretaba este corazón hecho pedazos. Y sentí que quería quitarte esa máscara de chico malo para que mostrases tu lado más dulce, solo para mí.