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No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán. acercándote a mi pelo, y tu mirada otra vez...

lunes, 4 de junio de 2012

Ojalá no te hubiera conocido nunca


Entender ahora, después de todo el tiempo, todo el daño, todas las lágrimas malgastadas. Después de todas las noches perdidas, los días intentando encontrar la sonrisa. Después de los esfuerzos, las esperas, las palabras, las caídas. Después de levantarme, de luchar, de volver a tropezarme. Después de cada esfuerzo, cada intento perdido.. Entender ahora, que nunca estuve yo, y que siempre estuvo ella. Que no se, lo nuestro empezó como un amor de niños, y que luego llegó ella y te robó, y no me di cuenta de que a partir de entonces en cada conversación, en cada pelea, en cada palabra, cada beso y cada abrazo, ya no estabas. Que estabas lejos de mí, arrastrado por una corriente demasiado fuerte. Encerrado en un sitio del cual yo ya no podía sacarte. Encerrado por alguien que yo no podía tapar. Entenderlo ahora y ver los momentos malgastados. Entenderlo ahora y no poder volver hacia atrás en el tiempo para dejarte ir en el momento que tuve que hacerlo.

miércoles, 25 de abril de 2012

Querer. O no querer

Supongo que ahora lo que más duele es no saber si te quiero. Estar tan acostumbrada al dolor, que ya no se si de verdad duele, o si todo ha pasado. Siempre fui de los dos la que sabía lo que sentía, la que estaba dispuesta a hacerlo todo, a intentarlo y a conseguirlo. Ahora ya no hay ningun dos. No nos une nada. No nos junta nada. Ya no se lo que siento. Pero se que no estaría dispuesta a hacerlo todo, porque podría intentarlo pero se que no lo conseguiriamos. Y aun sabiendo eso, no se si te quiero, o solo necesito lo que representabas en mi vida, pero no a ti. Alguien me dijo una vez que en el momento en que te preguntas si quieres a alguien, has dejado de quererle para siempre. Y supongo, que aunque no quiera dejarte ir, ese alguien tenía razón.

viernes, 20 de abril de 2012

No me dejéis ir

Todo esta en blanco. Cierro los ojos. Nunca me dejes ir. A veces la vida cambia. A veces sorprende. A veces derrumba. Nunca me dejes ir. Eramos todos así, fuertes, inseparables. Indestructibles. Y ahora, ¿qué nos queda?. Alguien me dijo: ''Estas cosas son las que demuestran quienes estarán en el fondo ahí para ti, y quienes estaban superficialmente'' Superficialmente, algo que es arrastrado por la mínima ola. Algo movido por la marea, arriba y abajo, arrastrado. ¿Quienes son las piedras? ¿Quienes son las tablas que te salvarán del naufragio? ¿Quienes las tormentas que te defenderán a pesar de todo? Cierro los ojos. Y cuando los abro, muchas de las personas que creía que iban a estar ahí, no estan. Algunas se han ido, arrastradas. Otras.. Otras, y esto es lo peor de todo, siguen ahí, superficialmente. Un poco más fuertes, pero no lo suficiente. Y hay cinco o seis rocas, sí, pero el dolor del adiós de esos a los que se les ha llevado la marea, hace que no quieras agarrarte a ninguna de ellas.

domingo, 5 de febrero de 2012

Nuestro no. Solo tuyo y mío.

Estás ahí. Futuro perfecto. Perfecto pero sin tí. Te veía ahí, en ese cumulo de imagenes preciosas, de recuerdos inolvidables. Una vida nuestra. Tú y yo. Yo y tú. Una vez hablamos de ese futuro, y lo hicimos suponiendo que ibamos a estar juntos. Y ahora que no estás. Que te eché de mi vida porque me rendí. Porque se me quitaron las ganas de seguir luchando por ese futuro perfecto que parecía que no iba a empezar jamás. Porque se me desbordaron las lágrimas, los daños, esas palabras que se me clavaban como cuchillos, esos momentos con ellas y sin mí. Porque me di cuenta de que igual tú habías querido cambiar la historia, seguir adelante, y no mirar atrás. Aunque te eché de mi vida, te sigo viendo ahí. En un futuro que ya no es nuestro, que ahora es tuyo y mío. La vida en dos vasos diferentes. Como dos piezas del mismo puzzle pero que no encajan entre ellas. Y te veo mirando como soy feliz, encontrandonos de repente después de muchos años. Y veo como te duele, como te rompes por dentro al darte cuenta de que me perdiste. Y veo como a mí ya no me duele. Como no te echo de menos. Como soy feliz.. Sin ti.

Hablamos de ese futuro una vez. Yo quería dos niñas adoptadas y tres frutos de nuestro amor. Tú querías un solo hijo. Nos reimos tanto imaginandolo. Tendríamos dos niños, el chico se parecería a ti. La niña a mí. Y le daríamos amor a una más, que sería la mediana entre los otros dos.