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No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán. acercándote a mi pelo, y tu mirada otra vez...

martes, 27 de abril de 2010

Lil era como una noche de luna llena con lobos incluidos.

Lil era una niña loca. Pero no una loca normal, era una loca de atar, de pies a cabeza. Olía siempre a galletas de chocolate recién hechas y tenía una risa constante en los labios. No le gustaba la leche si no era con colacao y se comia los helados del revés. Andaba descalza y casi siempre llevaba vestidos caros por encima de las rodillas. Por las noches en lugar de dormir contaba estrellas, y en la oscuridad de su cuarto se hacía amiga de las formas de las sombras. Lil estaba loca, pero loca loquita de amor por Tommy; lo malo es que Tommy estaba coladito por Ainara y que Ainara estaba con Juan. Y encima Juan no quería a Ainara porque le hacían gracia los oyuelos que se le formaban a Lil en las mejillas al sonreir. Lil sabía todo esto (todo esto y más) y se le ponían ojitos tristes cuando lo pensaba porque, ¿qué clase de amigos podían ser si entre todos eran como el pez que se muerde la cola?

sábado, 24 de abril de 2010

Es la historia de todos los días. El circulo vicioso que se muerde la cola.

Shh. ¿Puedes verlo? Míralos fíjamente, ¿ves esos lazos que los unen? Les separan a penas diez metros de distancia pero, estan muy lejos el uno del otro. Tiempo atrás eran amigos, novios, aunque no llegaron a serlo, el miedo a lo desconocido pudo con ellos, el miedo a perderse y no encontrarse los hundió en la miseria. ¿Y ahora? Ahora Él tiene a una chica, una de esas guapas, listas y simpaticas, ¿Y ella? Ella tiene su recuerdo y la desesperación de saber que le dejó escapar dos veces y ya no va a poder hacer nada para recupararle. ¿Sabes? Cada vez que les veo me entra la tristeza. No se mueven en el mismo circulo de amigos pero quedan los de antes y, de vez en cuando, se ven envueltos en una misma conversación. ¿Y entonces? Entonces son incapaces de mirarse a los ojos y de sonrerise. Él no sabe porque. Ella tiene miedo de caer otra vez en sus redes. Hay veces que si los miras bien, los observas durante un rato, te das cuenta de que Él la mira mientras Ella sonrie, habla y se retira el pelo de la cara con gesto elegante. Entonces Ella se siente vigilada y le busca entre la multitud, sus ojos se encuentran, sus miradas se intentan decir palabras secretas y Él se aparta, se aleja, mientras Ella dibuja en su rostro una sonrisa triste y cansada.

domingo, 18 de abril de 2010

Lo peor de todo no es estar condenados en esta lucha, es saber a ciencia cierta que jamás podremos tocarnos.

Sus miradas se encontraron durante una milésima de segundo. Fuego y auténtica electricidad. Los dos condenados a no quererse, a no tocarse, a no ser felices. Los dos condenados a una lucha que no es suya, a una lucha obligada. Y, de pronto, sus dedos se rozan, por primera vez, quizá por última. Entrelazan sus dedos con fuerza, sintiendo esa mínima caricia que intenta decir tantas cosas a la vez. Y se vuelven a mirar, y sonríen. Y fuego y electricidad dan un paso hacia delante, juntos, como siempre, pero separados por esa barrera que la propia naturaleza se ha empeñado en construir. Los dos cierran los ojos, sabiendo que tal vez ese momento, es el final.

PD: ¿Os gusta esta mínima idea inicial para un libro?


martes, 13 de abril de 2010

¿Alguna vez te has perdido en la inmensidad de sus ojos negros?

- Dime, ¿qué te pasa?
- ¿A mi? A mi nada.
- Vamos, Sol, estás rarísima. Oye, dímelo, acabamos de arreglarlo y no quiero volver a pelearme contigo, me importa todo lo que te pase a ti. Igual puedo ayudarte..
- No quiero caer en lo mismo de siempre, Mark.
- ¿Qué?
- Ya te lo he dicho, no quiero cometer el mismo error.
- Expecifica.
- No quiero quererte, Mark. Otra vez no.
- ¿Que hago yo para que me quieras? No es mi intención, en serio, Sol.
- Lo sé, es lógico. Tú tienes novia, y la quieres...
- ...
- ¿No vas a decir nada más?
- No quiero cagarla. Otra vez no.