.

No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán. acercándote a mi pelo, y tu mirada otra vez...

domingo, 2 de enero de 2011

Te convertiste en la goma que apretaba mi corazón.

Y entonces te conocí… Tenías la nariz rota de tanto puñetazo, y dos cicatrices pequeñas en la cara. No sonreías, y en tus ojos de dieciséis años se podían ver los daños hechos por tus padres, por las drogas y el alcohol, y lo intentos desesperados de desahogar tu rabia con cualquier persona que se te cruzase y te mirase más de dos veces seguidas. Te costó aprenderte mi nombre, tanto que me señalabas, y me llamabas niña, tú, Carla, o Sandra. Pero la primera vez que pronunciaste el que era, tu voz se hizo la goma que apretaba este corazón hecho pedazos. Y sentí que quería quitarte esa máscara de chico malo para que mostrases tu lado más dulce, solo para mí.

7 comentarios:

  1. Dios, es precioso.
    Sólo una cosita, en la frase en negrita, falta una coma, que a mí me ha costado entenderlo. Quedaría más claro: Pero la primera vez que pronunciaste el que era, tu voz se hizo la goma que apretaba este corazón hecho pedazos.
    Pero, de hecho, esa es la mejor frase :D

    ResponderEliminar
  2. ¡ay ay ay! que preciosidad (L) Y él, me encanta esos chicos duros así (L)

    ResponderEliminar
  3. Es lo más lindo, ser aquella persona que destapa algún sentido que no muestran las apariencias :D

    ResponderEliminar
  4. los tipos duros suelen ser los más frágiles, esos que al final acaban por llorar en tu hombre y decir; te quiero pequeña.

    ResponderEliminar
  5. oiiiiins con lo que me gustan los chicos malos con corazones bonitos!

    ResponderEliminar

Sí, será un día lluvioso y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Podemos rezar para que salga el sol, pero eso no parará la lluvia. Puedo ser tu refugio hasta que termine, por favor no pares la lluvia. Déjala caer, déjala caer, déjala caer. Por favor, no pares la lluvia.