.

No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán. acercándote a mi pelo, y tu mirada otra vez...

miércoles, 20 de enero de 2010

Fuera de aquí.

Vamos a hacer una cosa. Si alguna vez en tu maldita vida has llegado a pensar que podíamos tener algo, olvídalo ¿vale? No me digas que es que yo correspondía a tus sonrisas, que te miraba, que me preocupaba por ti, que mantenía tu mano entre la mía más tiempo del debido, porque ya lo sé. No me preguntes por qué, simplemente me he dado cuenta de que lo nuestro es imposible. Imposible del todo, con letras grandes, pintadas de verde fosforito. ¿Acaso vas a cambiar algún día? Yo sé que no, y tampoco te puedo pedir que lo hagas. No me digas que soy yo la que se derrite con tus sonrisas, la que busca tus ojos, la que te hace crearte falsas esperanzas. Porque te contestaré que eres tú el que lo empezaste todo, eres tú el que poco a poco te fuiste abriendo camino, eres tú el que hacía que nuestras miradas se encontrasen, eres tú el que creyó en esas falsas esperanzas. Tú no vas a dejar de ir con quien vas, y yo tampoco puedo pedírtelo. Tú no vas a dejar de fumar, y yo tampoco puedo pedírtelo. Tú no vas a dejar de hacer estupideces suicidas, y yo tampoco puedo pedírtelo. Tú con tu estúpida sonrisa no vas a dejar de hacer con ella lo mismo que haces conmigo, y yo tampoco puedo pedírtelo. ¿Lo entiendes? A mi no me gusta lo que haces y tú mismo dices que soy demasiado buena; demasiado buena para ti. Yo no puedo estar preocupada por tu culpa todo el tiempo, no sería justo.
A si que vamos a hacer una cosa, si alguna vez has pensado que esto podría funcionar, olvídalo ¿quieres? Porque aunque siento que te quiero; aunque te voy a estar eternamente agradecida por haber sacado el otro clavo; aunque en mis sueños, por las noches, crea que todo va bien, que todo puede funcionar, que todo es posible; aunque al ir de camino al instituto me diga: Hoy es el día… sé que somos demasiado distintos para poder encajar, que todo acabaría mal. Por eso no te extrañe que a partir de hoy pase de ti, de tus miradas, de tus caricias y de tus sonrisas; y no te extrañe que en el fondo piense que todo lo que estoy haciendo, todo lo que te acabo de decir, está mal.

1 comentario:

Sí, será un día lluvioso y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Podemos rezar para que salga el sol, pero eso no parará la lluvia. Puedo ser tu refugio hasta que termine, por favor no pares la lluvia. Déjala caer, déjala caer, déjala caer. Por favor, no pares la lluvia.