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No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán. acercándote a mi pelo, y tu mirada otra vez...

lunes, 21 de junio de 2010

Ella es de esas chicas que te dejan sin respiración

Tenía las lágrimas atascadas entre las costillas, que le ahogaban en un mar salado y le impedían respirar. Las pestañas brillantes y las mejillas mojadas, más por la lluvia que por su propio llanto. Corría como si su vida dependiese de ello, hacía rato que se había quitado los zapatos de tacón y que el vestido blanco se le había pegado al cuerpo. La noche era sombría, pero a Ella no le importaba, de pronto se le habían ido los miedos a la oscuridad y a los fantasmas nocturnos, no por nada, si no porque en ese momento algo más importante le oprimía el corazón de forma escalofriante. Llegó al portal con los pies envueltos en tinta roja y tocó a su puerta con insistencia. Dejó descansar la frente contra el frío cristal, esperando, intentando no desbordarse y desmayarse ahí mismo, pero cuando Él salió por la puerta todo fue en vano. Ella se lanzó a sus brazos mientras el mar de lágrimas salía precipitado por sus pestañas y miles de escalofríos le recorrían la columna. Él le abrazó con fuerza mientras la lluvia caía a su alrededor, mojándolos enteros. Ella cayó al suelo y Él con Ella. Él solo pudo esperar a que el corazón de Ella dejase de encogerse de forma escalofriante mientras le susurraba al oido:
- Todo saldrá bien, pequeña, todo se arreglará.
Aunque sinceramente lo dudaba.

1 comentario:

  1. Vaya, he leído algo parecido en otro blog. Así que parece que vamos de huidas...
    Y sí todo saldrá bien.

    ¡Un saludo!

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Sí, será un día lluvioso y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Podemos rezar para que salga el sol, pero eso no parará la lluvia. Puedo ser tu refugio hasta que termine, por favor no pares la lluvia. Déjala caer, déjala caer, déjala caer. Por favor, no pares la lluvia.