miércoles, 5 de enero de 2011
No merecía la pena.
Miraba, pero no veía. Y quería que diseñase su vida como si fuese un edificio o una de las pasarelas de París. Yo le dije que no podía, que las cosas no funcionaban así, pero no pareció escucharme, aunque si que me oyó… pero claro sí que oía, nunca escuchaba. Se le fueron los suspiros cuando se enteró de que me iba, y un año después me dijo que no se acordaba de olvidarme. Yo volví, claro que lo hice, pero ya estaba loca de atar y sus padres jamás me dejaron acercarme a su casa. Me dijeron que ya había hecho bastante daño y me entró miedo de perderla. Nunca más la volví a ver y yo si que me acordé de olvidarla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
"no se acordaba de olvidarme" - pero que grande es esa frase (:
ResponderEliminarCrêpes
envueltos.
intentar olvidar es recordar para siempre ;)
ResponderEliminarLos dos recordaran toda la vida. Segurisimo. Esas historias imposibles son imposibles de olvidar también.
ResponderEliminarLa última frase es genial :)
ResponderEliminarCuanto más tratamos de huir de un recuerdo, más presente lo tenemos :3
ResponderEliminarHolaa^^!
ResponderEliminarMe encanta tu blog!
Es de los mejores que he visto!
Me hice seguidora(:
Si quieres pásate por el mío:
http://www.samiloveyou.blogspot.com/
Me pasaré más veces por el tuyo(:
"nada de lo que ocurre se olvida jamás aunque tú no puedas recordarlo" :)
ResponderEliminar