Y si no me quieres, no es culpa mía. Y si me utilizas solo es culpa tuya. Y que no te espero, pero de verdad, lo entiendo. Que la querías, y mucho, y la echas de menos. Pero yo no puedo vivir esperándote. Creyendo que tu corriente de aire volverá a enamorarme, y que la mía conseguirá atraparte. Porque te quiero, y te olvido, y te quiero cuando vienes, cuando vuelves. Pero me resbala si follas o fallas, o si quieres a otras.
Porque es siempre lo mismo, sonrisa bonita. Que te escondo y, de repente, sales de tu escondite tirando cohetes, y me los creo, y luego nada. Porque me dijiste que teníamos que hablar, que te lo currarías, que si tenía una oportunidad contigo y te dije que sí, sonrisa bonita. Pero tú no te has movido ni una mierda milímetro por mí. Y que me da igual si me dicen tus amigos que de verdad me quieres. Que no me lo creo.
domingo, 20 de febrero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
(di que si)
ResponderEliminarPara esperar ya tienes el metro o el autobús. notedigo.
Oh dios. Identificada con tu entrada no..lo siguiente! Qué se creen? Que vamos a esperarles siempre? Pues no! Me encanta!
ResponderEliminarEsperar siempre duele...
ResponderEliminar