Como enredas tu dedo en mi pelo y lo alargas, y lo rizas, y lo sueltas. Como tu mano se acopla perfectamente al hueco de mi cintura. Como me abrazas fuerte mientras hueles mi pelo. Como tu brazo se pone en mi hombro. Como sonríes cuando te sonrío. Como miras, buscando entenderlo todo. Como suena tu voz al decir te quiero. La extraña forma que tienes de quererme. Que no me tienes. Que no soy tuya. Que las tienes a ellas. Que no piensas en mi. Que me deseas. Que estás lejos, muy muy lejos. Que si vienes te vuelves a ir. Que dices que confías en mí. Que dices que me quieres. Que soy importante para ti. Que no es verdad. O que por lo menos nunca me lo has demostrado. Que hay días que matas. Y hay otros que eres capaz de revivirme con una sola mirada. Que consigues que aguante. Que te aguante dentro de mí, incluso cuando solo intento olvidarte. Que te vas, sí, pero vuelves. Siempre vuelves. Y entonces consigues que te quiera como antes.
Te dije que no era lo último que te escribiría.
Gran texto:') ¡besos!
ResponderEliminarHace mucho que no me pasaba por aquí, se ve que sigues escribiendo igual de bien.
ResponderEliminarUn texto genial.
Crêpes.
Dios...
ResponderEliminar¿A esto se le llama perfección o me equivoco?
Me encanta el texto, pero no me gusta lo que implica.
ResponderEliminarYa sabes que para cualquier cosa, mail ;)
es como tirarle sal a la herida, y aveces la misma herida se va...
ResponderEliminarlindas palabras, como siempre
Al final lo que más nos gusta siempre es lo que nunca tenemos bien porque no podamos o porque no queremos, ya que si no se acaba el deseo
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