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No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán. acercándote a mi pelo, y tu mirada otra vez...

lunes, 1 de marzo de 2010

Y cuando la melancolía entra sin llamar a tu puerta solo te queda escapar por la ventana.

Me encantaría poder decir en una sola palabra lo que siento en estos momentos por ti. Creo que no la encuentro y solo me viene a la cabeza la palabra melancolía. Melancolía de ti, de tus ojos, de tu sonrisa. Melancolía de tus besos, de tus intentos, de tus roces a escondidas, de tus labios en los míos, buscando respuesta e intentadolo mil veces aunque no la obtengas. No voy a decirte que te odio, ni que me has hecho daño porque en realidad me lo esperaba. Es como cuando vas en la bici, con el viento en la cara, feliz y ves una piedra en el camino y, ya sabes que te vas a caer y preparas tus manos para que el golpe no sea tan fuerte. Lo nuestro es lo mismo, cariño. Entrelíneas se divisaban tus mentiras y, en realidad yo también te utilicé para olvidar amores pasados; la única diferencia entre tu y yo es que yo siempre fui con la verdad por delante, yo nunca te prometí nada, yo nunca adelanté acontecimientos.. Tú en cambio hiciste todo lo contrario, me mentiste desde el principio, me juraste que nunca te cansarías de mi, que no me usarías, que siempre estaríamos bien aunque lo intentasemos y no funcionase, me prometiste la luna falsa y yo me la creí. No me duele que te dieses cuenta de que no sentías por mi nada, me duele que lo hicieses después de besarme, después de tenerme durante un día entero para tí, me duele que no fueses capaz de decirmelo a la cara, que me utilizases para estar con ella, que ahora pases de mi como si nunca hubiesemos hablado, como si no nos conociesemos, como si no me hubieses contado todo lo que te pasaba por la mente y que, si nuestras miradas se cruzan te entre la risa. Eso es lo que en el fondo me duele, que hiciste conmigo lo que yo nunca habría hecho contigo y que conseguiste todas las cosas malas que yo no quería para ti y que, encima, parece que te importa una mierda.



- Olvídalo, es un gilipollas, no te merece.
- Si yo todo eso ya lo sé. Pero es que no puedo evitarlo, no me creo que me mintiese de esa forma, ¿cómo pude ser tan ilusa, tan ingenua?

3 comentarios:

  1. Yo no entiendo como logramos siempre sentirnos culpables cuando el daño lo han hecho ellos.
    Como puede ser tan ilusa, tan ingenua?
    es siempre lo mismo, no es una critica, es solo un pensamiento.
    suerte.
    el tiempo cura las heridas(:

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  2. ...no tengo palabras. Tus sutilezas y verdades... me saben a miel

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Sí, será un día lluvioso y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Podemos rezar para que salga el sol, pero eso no parará la lluvia. Puedo ser tu refugio hasta que termine, por favor no pares la lluvia. Déjala caer, déjala caer, déjala caer. Por favor, no pares la lluvia.