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No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán. acercándote a mi pelo, y tu mirada otra vez...

martes, 25 de mayo de 2010

Sophie siempre había sido una chica fuerte...

... Lo había aguantado todo pero, esta vez, era la excepción que confirmaba la regla.
Le dolían las costillas al respirar y las lágrimas que surcaban sus mejillas quemaban como fuego. En su mente recordaba su mirada, sus manos recorriéndole toda, sus golpes, su risa de pura burla que se le clavaba en la cabeza como si de pequeños puñales se tratara. Y Él, que había intentado salvarla arriesgando su vida en el intento. ¿Era culpa suya? Quizá Sam tenía razón y debería haberse dejado la primera vez, así lo habría evitado todo. Con ese pensamiento vomita, vomita sangre y el llanto vuelve. Le tiemblan las piernas y no ve lo que debería ver, que es valiente, sí, muy valiente. Que todos la quieren, que todos la perdonan, que todos piensan que solo ha sido un mal trago y se alegran de que haya salido ilesa. Pero ella se siente sucia, humillada, cobarde, débil. Vuelve a vomitar, aunque esta vez solo son arcadas que le ponen los pelos de punta. No se da cuenta de que Él se acerca, la abraza por detrás y le susurra palabras que no oye al oido. Que todo saldrá bien, que no llore, que esté feliz, que no dejará que nadie más le toque nunca. Que tiene que volver a la normalidad otra vez y sacar esa sonrisita que a él le gusta tanto. Pero dime, ¿Se puede volver a ser feliz después de que tu corazón haya sido roto en mil y un pedazos? ¿Después de que le miedo se haya clavado en tus pupilas muy muy a fondo? ¿Se puede?


3 comentarios:

  1. pues... yo que algo sé de corazones rotos y del miedo y de ambas combinadas... creo que sí, que se puede ser feliz pero de manera diferente.
    Esas cosas te cambian, te mueven por dentro, o eso creo yo.
    Un abrazzito

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  2. Espero que se recupere pronto...

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  3. Yo creo en una felicidad distinta, ya que nunca sera como antes. De ese modo si se puede. Pero yo no creo tener tal fortaleza.
    besos

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Sí, será un día lluvioso y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Podemos rezar para que salga el sol, pero eso no parará la lluvia. Puedo ser tu refugio hasta que termine, por favor no pares la lluvia. Déjala caer, déjala caer, déjala caer. Por favor, no pares la lluvia.