Queridisima Bianca:
¿Sabes? Te echo de menos, pero no por eso te escribo. Sé que fui muy tonta al marcharme a París sin despedirme de ti, pero nunca me han gustado las despedidas y tú, más que nadie, deberías saberlo. Hay cosas que nunca cambian, espero que nuestra amistad sea una de esas, como lo es el hecho de que tu madre esté tan preocupada por ti como para llamarme a mí, con lo lejos que estoy para ayudarte.
¿Que te está pasando, Bianca? Leonor me ha dicho que ya no paras por casa, que te escucha gritar nombres extraños por las noches. Que ya no eres la de antes.
Sé que no tienes porque contarmelo, al fin y al cabo, yo no te conté los motivos por los que decidí marcharme tan precipitadamente de la ciudad cuando ya habíamos hecho planes para el traslado a tu casa. Espero que puedas perdonarme por eso y que me contestes pronto.
Siento la brevedad de esta carta, pero ahora mismo tengo mucha prisa, yo tampoco paro por casa ultimamente.
Me tienes preocupada.
Te quiere, Sandra.
P.D: ¿Cómo está Yon? Le escribí y no quiso contestarme.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hay cosas que nunca cambian, es verdad, pero al menos se puede hacer el intento por cambiar.
ResponderEliminarhay que intentar quedarse con lo bueno, y modificar lo no tan bueno :) besotessss
ResponderEliminarSi su madre llama a Sandra ¿no sera porque confia en ella mas que en nadie para ayudar a su hija porque ella sabe lo que le hace falta?
ResponderEliminarCuidate ;)
Quizás es que te echa de menos y no se atreve a decírtelo.
ResponderEliminareso de gritar por la noche me recordo a un exorcismo...
ResponderEliminarBianca date prisa en contestar y decirnos que te pasa. NOs tienes precupados...
Hay mucha gente que no responde a las cartas.
ResponderEliminar