Al ver las fotos sintió que se rompía en pedazos, y la soledad de saber que él ya no estaba, que se había ido para siempre llenó su alma, resquebrajándola. No podía llorar y sin embargo, las lágrimas corrían por su cara, haciendo caída libre desde sus ojos. Y entonces, llegaron dos ángeles, sus dos ángeles, esos por los que seguía viviendo, una de esas corrientes de aire que le hacían permanecer en la superficie de la tierra y no volar alto y lejos.
- Ama, ¿por qué estás siempre tan triste?
- Es que hecho de menos a aita, y quiero abrazarle muy fuerte pero no puedo hacerlo.
- ¿Es por que está en el cielo?
- Sí, cariño.
- Y si está en el cielo ¿por qué no le veo?
- Pues porque el cielo es muy muy grande.
- ¿Pues sabes lo que voy a hacer? Voy a subir a un avión, voy a ir hasta el cielo a buscarle y lo voy a traer otra vez con nosotros. ¿Vale, ama? Así podrás abrazarle fuerte.
Si dos niños de tres y siete años creen que pueden traer de vuelta a la vida a su padre con solo subirse a un avión, ¿cómo vamos a perder nosotros la esperanza?
Nunca algo más verdadero que esos dos seres para ponerte los pies sobre la tierra nuevamente. Un abrazo
ResponderEliminaryo cuando veo lasfotos y los videos aveces lloro
ResponderEliminarMe ha recorrido un escalofrío, te lo juro.
ResponderEliminarHas conseguido emocionarme. El texto, junto a esa canción de Rosana (que es para mí la canción de alguien que ya no está) me han recordado a una persona muy especial para mi.
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