Los termómetros marcaban veinte grados, pero era imposible. Hacía frío. Mucho mucho frío, y Sara no paraba de tiritar. Tenía los labios morados y las mejillas cortadas. Sentía el corazón latir cansado en su pecho. El frío se le había metido en los huesos y por más que se abrigaba no conseguía sacarlo. Las mentiras le estaban ahogando y la traición le cortaba la respiración. Las dudas se arremolinaban en su mente y le hacían caer en un mar confuso de palabras y recuerdos. A cada paso que daba una lágrima rodaba por su rostro cansado y sentía miles de agujas clavarse en sus pies. Y al final su corazón se congeló de dolor.
- ¿Sara? - Fran la estrechó en sus brazos. - Sara perdóname. Te juro que no voy a volver a fumar nunca, no voy a mentirte. Voy a cambiar, voy a dejar a mis amigos, voy a dejarlo todo. Sara por favor abre los ojos.
Y Sara al escuchar su voz intentó nadar a la superficie del pozo oscuro en el que estaba metida, pero las corrientes le arrastraron más al fondo.
Quizá era demasiado tarde.
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a mi me asustan los demasiado tarde, sobre todo los que se esconden bajo la cama.
ResponderEliminar:3:3 quiza era demasiado tarde T__T
ResponderEliminarencantador ::):) Paso a desearte un feliz san valentin tambien!! :D
Un besote
Espero que no sea demasiado tarde...
ResponderEliminarguau.
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