- Me utilizó.
- ¿Qué?
- Me utilizó, joder. Y yo fui tan estúpida de caer en su juego. Me utilizó para darle celos a Julia, desde el principio de esta historia.
- ¿Cómo?
- Sí. Y ayer se acabó todo. Me dijo que conmigo no sentía nada, que la quería a ella, y que era un tonto. ¿Entonces donde coño se quedaban todas sus palabras? ¿Y todos sus gestos, sus miradas, sus caricias, sus sonrisas? Todo a la mierda, porque era mentira. MENTIRA. El muy gilipollas se enfadó con ella, bueno más bien ella se enfadó con él, ¿y él que hizo? Vino a mi, pasamos juntos todo el día, me robó toda la cordura, me robó los besos que no le había dado a nadie. Y a la salida ella le gritó que le dejara en paz, que era un gilipollas, que le odiaba, ¿y entonces que pasó? Que el vino corriendo a buscarme y me acompañó a casa, porque necesitaba consuelo no porque me quisiese. Porque necesitaba besar a alguien, intentar olvidarse de la angustia que sentía con lo que ella le había dicho.
- Es un imbecil.
- Lo es y, encima, hoy aun ha tenido la cara dura de intentar agarrarme la mano, de mirarme a los ojos, de hablarme.
- ¿No te ha dado ninguna explicación?
- No, ni una. Y no la necesito. Todo está claro y espero que no se vuelva a acercar a mi en su maldita vida.
viernes, 26 de febrero de 2010
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Que mal que esta todo esto, no lo esperaba de Em, de verdad creia que queria a Sol, que mal es solo un maldito gilipollas!
ResponderEliminarHay veces que eso pasa.
ResponderEliminarEm es imbecil
escribes de puta madre. continua me encanta tu blog. pobre Sol
ResponderEliminarLa niña de las palabras dulces solo necesita esperar un poquito más.. él llegará... y no podrás parar de bailar
ResponderEliminarEstamos todos en el mismo laberinto...
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